Muchas acciones cotidianas, como sentarse, levantarse, acostarse, leer, escribir, andar, levantar un peso, trabajar con la computadora, transportar la mochila, etcétera, que realizamos sin apenas pensar en ello, implican una mecánica corporal en la que intervienen varios músculos y articulaciones, que tienen relación, en su mayoría, con la columna vertebral. Si no se realiza adecuadamente, pueden originar problemas de espalda.
Llamamos <<higiene postural>> al conjunto de indicaciones que nos ayudan a corregir los malos hábitos posturales que tendemos a desarrollar. A continuación aprenderás a corregir algunos malos hábitos posturales, fijandote en la forma correcta, tal y como muestran las imágenes.
Carga la mochila correctamente
El excesivo peso en las mochilas pueden ser causa de la fatiga muscular y de dolores de espalda que pueden convertirse en problemas serios. Evitaremos cargar objetos pesados y, si es imprescindible, tendremos en cuenta esta serie de indicaciones:
1. Reparte la carga entre los dos hombros
2. Usa mochilas con relleno en la espalda y correas. Ponte las correas en la cadera para soportar el exceso de peso.
3. Usa la mochila con las dos correas sujetas a la cintura.
4. Agáchate doblando las rodillas.
5. Coloca los útiles mas pesados cerca de la espalda. Procura no llevar mucho peso.
Una buena opción para transportar material escolar sin necesidad de llevarlo a cuestas es utilizar una mochila con ruedas. Aunque parezca algo incómodo, lo mejor es empujarla con las dos manos, tal como lo muestra el dibujo.
Levanta la mochila del suelo
Es importante respetar la columna vertebral sin forzar ninguna de sus curvaturas naturales.
1. En vez de doblar la espalda, flexiona las rodillas. Así no te harás daño levantando cualquier tipo de peso.
Siéntate delante de la mesa
Sentarse de forma incorrecta provoca, con el paso del tiempo, dolores de espalda y cuello.
1. Apoya bien los pies en el suelo. Mantén ángunos rectos entre la tibia, el fémur y el tronco.
2. Siéntate lo más atrás posible en la silla, manteniendo el respaldo recto. Haz un estiramiento completo de los brazos, de vez en cuando, como los que hacen los gatos cuando se desperezan.
3. Levántate con frecuencia. Si vas a estar mucho tiempo estudiando, usa un atril.
4. Procura tener buena iluminación. Mira a lo lejos, de vez en cuando, para dejar que repose la vista.
Toda esta higiene corporal no tendría ningún sentido si no la integráramos en un estilo de vida que incluyera, entre otras cosas, la práctica regular de ejercicio, una alimentación equilibrada y el disfrute de la naturaleza, pues el aire libre recarga nuestras reservas de energía y activa nuestras capacidades intelectuales.
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